Negociar tu propuesta económica da miedo. Por lo menos esa es la realidad para una proporción grande de gente. En una encuesta conducida por salary.com descubrieron que 18% de un universo de 1000 empleados encuestados, nunca ha negociado su sueldo y más del 40% está en un trabajo para el que no negoció compensación; y es que el 59% se siente aprehensivo al hablar de dinero.
Con estas cifras, debemos intuir que cerca de la mitad de la gente que está leyendo este artículo tenga el mismo tipo de vergüenza, recelo y renuencia a buscar una mejor propuesta salarial y generalmente acepta la primera que se les ofrece. Esto no debe ser. Si sientes que la oferta que te proponen está por debajo de lo que consideras justo, debes alzar la voz, por respeto a ti y al trabajo que realizas. Pero, ¿cómo saber cuánto pedir o cómo pedirlo?
Al negociar tu propuesta económica debes llegar preparado
Cuando negocies tu sueldo, llegar preparado es primordial. Te aseguramos que entrar en una negociación con información fresca, clara y actualizada disminuirá considerablemente tus nervios.
Lo importante es conocer el valor de tu trabajo en términos de dinero. Por eso, investiga cuánto gana en promedio una persona en el puesto e industria que buscas, así sabrás si la propuesta que te están haciendo es justa o requiere ajustes. Esta información la podrás obtener en portales especializados en internet o platicando con gente que tenga trabajos similares al que buscas. Si tienes oportunidad, habla con reclutadores o expertos en recursos humanos que te puedan asesorar y orientar más efectivamente.
En una negociación la confianza te llevará muy lejos
El miedo se nota, en nuestro cuerpo, en nuestra cara, en nuestra voz, y entrar a una negociación con miedo o pena, nos pone en mala posición para buscar lo que realmente queremos. El asunto es que los mensajes que manda nuestro cuerpo los recoge nuestro propio subconsciente y este nos hace actuar de una u otra manera de acuerdo a ellos.
La buena noticia es que nuestro subconsciente puede ser “engañado” o “convencido” de que en realidad no está sintiendo miedo. La psicóloga social Amy Cuddy ha hablado en repetidas ocasiones sobre las posturas de poder y la importancia que tiene nuestro lenguaje corporal en cómo interactuamos con los demás.
Por eso, aunque sientas ansiedad y desconfianza, si caminas recto(a), con los brazos a tus costados y tus hombros cuadrados, tu cerebro supondrá que en efecto estás fresco(a) y tranquilo(a). Por el contrario, si dejas caer tu cabeza y hombros, y cruzas los brazos, tu cerebro entenderá que debe someterse. Considera que en una negociación tú puedes ser tu peor enemigo, si le das oportunidad al auto sabotaje y a otros juegos de tu mente.
Algunos Consejos para Negociar tu Propuesta
Lo principal es mantener la calma, tratar de pensar claramente, y siempre tener claro lo siguiente:
- Tu número ideal
¿Cuánto quieres ganar? ¿Cuánto dinero requieres para sentirte correctamente compensado? Es fundamental que tengas esa cifra clara antes de sentarte a negociar. - Tu piso
Es igualmente esencial que tengas claro cuánto es lo mínimo que estás dispuesto(a) a aceptar. Recuerda que si aceptas un sueldo demasiado bajo, tu motivación caerá junto con tu rendimiento y correrás el riesgo de desertar. Piensa muy bien cuál es la cifra mínima con la que mantendrás el entusiasmo de trabajar diariamente. - Negocia hacia arriba
Cuando hagas tu investigación de sueldos es probable que te encuentres con un rango. Lo recomendable es que empieces alto, incluso un 10 o 15% más alto de tu cifra ideal, para permitirte espacio para negociar. - Ponte en el lugar de tu contraparte
Una negociación no es una guerra. Evita pensar que alguien saldrá perdiendo y alguien ganando. Solo debes buscar una remuneración justa que tome en cuenta tu experiencia, habilidades e intangibles que puedas traer al puesto. Poniéndote en los zapatos del “negociador” es más factible que encuentres un punto medio, óptimo para ambos. - Sé específico
Cuando te llegue el momento de proponer tus términos salariales, da un número exacto y evita dar rangos; y negocia puntos específicos como el sueldo, los bonos, las prestaciones, entre otros factores que puedan incluir en tu propuesta. - No tengas miedo a declinar
Obviamente no es ideal, pero si pasas de “tu piso”, no tengas miedo de levantarte y negarte a aceptar. La situación económica a veces nos obliga a aceptar condiciones inferiores a las que deberíamos, pero procura mantenerte fuerte en tus necesidades.
Esperamos que este artículo te sirva como punto de partida para mejorar en tus negociaciones, pero si te interesa profundizar en estos temas, ¡contáctanos hoy mismo! En Upskill podrás trabajar con expertos consultores en negociación que te ayudarán a desarrollar las habilidades necesarias para negociar el sueldo con el que sueñas.
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