Un director dirige los esfuerzos y las voluntades de la gente bajo su mando. Un director se responsabiliza por los resultados que pueda obtener su equipo, tanto los buenos como los malos. Un director convence a su gente de que lo que se busca como equipo es valioso y construye al equipo de trabajo desde abajo, desde el individuo hasta el grupo, sea cual sea su tamaño.
Por todo lo anterior, la educación universitaria y cualquier otro entrenamiento posterior es muy importante para cualquier persona que ostente un cargo directivo, sin embargo, no es lo único.
Hoy te hablaremos del porqué los puestos directivos conllevan una búsqueda muy profunda, que no necesariamente tiene qué ver con la formación académica, también tiene qué ver con las habilidades personales y el nivel de enfoque y estrategia que una persona puede asumir.
Ser director no es fácil, tomar decisiones es parte de tu día a día
Las responsabilidades que conlleva un puesto de director por lo general separan a la persona que lo tiene de la gente que no, y no es por prejuicio, menos por hostigamiento. Simplemente, las decisiones que debe tomar un líder en ocasiones no son las más populares, esto hace que su labor esté siempre bajo el escrutinio y la crítica de propios y externos.
Lo que hace a un buen líder es su habilidad para comunicar honestamente a su gente el motivo de sus decisiones. Un buen líder da confianza y logra negociar con todas las partes que involucren un problema para seguir obteniendo los mejores resultados, incluso ante una crisis. Ante un momento de cambios dramáticos, un liderazgo adecuado puede hacer que una organización, lejos de colapsar, emerja fortalecida.
Y eso es justamente lo que hace tan compleja la búsqueda de directivos para las organizaciones. Los reclutadores normalmente deben indagar más, porque la selección de este recurso tendrá una responsabilidad muy fuerte en su área, muchas veces dirigen al éxito a una empresa, o bien, todo lo contrario.
Entonces, ¿para qué sirve la formación académica en puestos directivos?
Ante una crisis mundial no hay libro que te pueda haber dado las instrucciones de salida, pero el entrenamiento académico sí te puede dar parámetros y puntos de referencia que te puedan ayudar a tomar decisiones más certeras. Tal vez un doctor en finanzas y alguien con la carrera trunca puedan llegar a las mismas conclusiones, sin embargo, debemos aceptar que es más probable que el primero lo haga.
Además, en un país en el que la matrícula universitaria es tan baja, y la de posgrado es aún menor, los estudios formales se pueden convertir en un diferenciador importante para obtener un puesto de dirección, así que como ventaja competitiva también tienen una importante función.
En conclusión, la diferencia entre la teoría y la práctica es enorme, y transferir los conocimientos de un aula a la vida real siempre conlleva un reto importante. Por eso, negar la existencia de directores y líderes auto-creados sería cerrarse a la posibilidad de que el talento pueda surgir de distintos lugares. Sin embargo, siempre será importante tener un entrenamiento académico para poder alcanzar las alturas corporativas que soñamos.
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